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La voz de los sin voz. Así define Aritz Otazu las cartas de los
últimos del castillo de Amaiur,
que acaba de publicar en edición facsímil su editorial, Mintzoa. Textos
"apasionantes", asegura, lleno de emoción y orgullo por haber sacado
a la luz estos textos desconocidos para el gran público y que son, dice,
"de una importancia supina" porque "cambian el relato de la
Historia".
Y es que hasta ahora no había
documentación de puño y letra de
los últimos de Amaiur. "Todo lo que nos ha llegado es documentación
castellana. Tener unas cartas firmadas por ellos, con lo que cuentan en primera
persona, es un lujo", dice el editor de Mintzoa. Las cartas de Amaiur en 1521-22. La correspondencia
personal del alcaide de Amaiur y capitán navarro Jaime Vélaz de Medrano es
el título original de este documento, del que se ha publicado en edición
facsímil, numerada y notariada, una tirada de cien ejemplares que contienen las
cartas, su traducción al castellano actual y al euskera –están redactadas
originalmente en castellano antiguo, occitano, bearnés y francés antiguo–, y un
análisis que hace de las cartas y de su contexto histórico el historiador y
archivero Peio Monteano.
Las llamadas cartas de Maya revelan que a Jaime
Vélaz Medrano y a los demás héroes de Amaiur, unos cien hombres que resistieron
a 9 días de bombardeos frente a cinco mil soldados, les movía "el amor a Navarra".
Resistieron a 9 días
de bombardeos con piedras, ballestas, quizá algún arcabuz, brea y poco más.
Frente a ellos tenían la potencia de cinco mil combatientes con un tren de
artillería de 16 cañones y 300 escaleras para tomar el castillo, que iban con
una violencia inusitada. Entraron porque un guipuzcoano, Mendizabal, puso una
carga en uno de los cubos del castillo, y se abrió una brecha. Si no, no habrían
logrado entrar. Ante la extrañeza del virrey español por la gran fiereza de los
resistentes de Amaiur, el conde de Lerín, beamontés, le dijo: "Aquellos,
mi señor, navarros son".
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