Fortunato Aguirre, primer alcalde de EAJ-PNV en
Lizarra-Estella, asesinado por los sublevados en 1936
Presidió la Asamblea estatutaria de Estella de 1932.
Hace 87 años, el día de San Miguel, fue asesinado por los
franquistas, en las tapias del cementerio de Tajonar, Fortunato de Agirre,
primer alcalde nacionalista de Lizarra-Estella y presidente de la Asamblea
estatutaria de Estella de 1932.
Nacido en 1893 en Arellano, villa cercana a
Lizarra-Estella, sus padres eran labradores. Fueron diez hermanos. A los
catorce años ingresó en el noviciado de capuchinos de Lizarra-Estella, que
dirigía el padre Evangelista de Ibero, quien tuvo una gran influencia en el
nacionalismo vasco de finales del siglo XIX y principios del XX. Tras abandonar
el noviciado y trabajar durante un tiempo en un comercio de Pamplona, cumplió
el servicio militar.
Casado en primeras nupcias en Tudela, tras el
fallecimiento de su esposa regresó a Lizarra-Estella, donde montó un taller
mecánico. Aquí repitió matrimonio y fue elegido, primero, concejal y, después,
alcalde de la ciudad. Como tal, presidió la Asamblea del Estatuto Vasco,
celebrada en Estella en 1932. En el verano de 1934 dirigió la Comisión de
Alcaldes de Navarra en defensa del Estatuto de Autonomía y del Concierto
Económico Vasco.
Su gestión municipal fue brillante. Durante su mandato se
terminó con las huelgas, se acabó con el paro, se trazaron grandes vías del
ensanche de la ciudad, se la dotó de nuevo alumbrado, se construyeron
carreteras radiales y puentes, se protegió la cultura, se mejoró la
pavimentación y se devolvió la paz a la calle en un momento en que las derechas
unidas en el Ayuntamiento solo habían llevado el descontento general.
Además de alcalde, fue también uno de los fundadores del
C.A. Osasuna, miembro del Napar Buru Batzar de EAJ-PNV, y fundador de la
ikastola de Lizarra-Estella.
Al inicio de la sublevación que dio origen a la Guerra
Civil, cuyos preparativos en Navarra Fortunato Aguirre denunció sin éxito a las
autoridades republicanas, fue uno de los primeros detenidos, en la tarde del 18
de julio de 1936, en Arellano, su pueblo natal, adonde acudió un piquete de
falangistas para buscarle y detenerle.
Aquella misma noche pasó a la prisión en la calle de la
Rua donde permaneció dos largos meses. Las gestiones para conseguir su canje o
puesta en libertad que se realizaron en este tiempo resultaron infructuosas y
el 29 de septiembre fue asesinado junto a las tapias del cementerio de Tajonar.
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