Izena
duenak, izana du. Todo lo que tiene nombre existe
Caminar
por las calles y plazas de nuestras ciudades y pueblos y encontrarte con una
placa pequeñita más o menos brillante con un nombre, comienza a ser un hecho.
Son los llamados Tropezones. No tanto porque puedan producir un tras pies y la
perdida del equilibrio, sino porque provocan un tropiezo que no es físico, es emocional.
Es el encuentro con un hecho acaecido ahí mismo.
Cuando reparamos
por vez primera en ellos porque sobresalen ligeramente de la superficie del
suelo, cuando intentamos leer la inscripción grabada, sin darnos cuenta
inclinaremos la cabeza. Solo entonces se percibe que exactamente allí, frente a
ese edificio, una vez vivió no hace mucho tiempo una persona que fue víctima
solamente por pensar distinto, por ser consecuente con sus ideas y leal, y que
sus hijos y nietos conviven con nosotras y nosotros. Obliga
a leer el nombre de una persona, a ser consciente de que, por esa puerta salió
con vida y ya no regresó jamás. Por la mente de quien tropieza se suceden las
preguntas a las que se intentará dar respuesta. ¿Cómo ocurrió? ¿Qué paso con su familia? ¿Por
qué? ¿Para qué? ¿Quiénes fueron?
Una
persona es olvidada cuando se olvida su nombre.
Gure
herrietako eta Iruñako espaloiak plakekin jantzita egon litezke, gure
holokaustoko biktimak bizi izan ziren ataria seinalatuz. Hemen bizi izan zen
eta ondoren, izena,jaiotze urtea, desagertze-data, hilketa data eta hilketa data idatzita daude
bertan. Iruñean 2015 urteko ekianean
hasi ginen Merced kalean plaka hauek jartzen eta familiakoen eta udal batzuen
lankidetzarekin, poliki zaaltzen joan gara eta gaur egun, 200 baino gehiago
daude jarrita

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