Arratsalde on guztioi eta
eskerrik asko guztioi, beste behin, gaurko honetan gurekin egoteagatik. Esker
beroak ere gure alderdiaren EBB-ko lehendakari bezala lehen aldiz Aitor Esteban
gurekin egoteagatik Lizarran ekitaldi xume honetan.
Tenemos la suerte de
pertenecer a un partido como Euzko Alderdi Jeltzalea – Partido Nacionalista
Vasco que este año cumple 130 años de existencia y 115 en el caso de Nafarroa.
Partido, pues, de larga trayectoria que, como tal, nos permite tener como
referentes a grandes personas en todo este tiempo a quienes recordar y admirar.
Y uno de ellos es, sin duda,
Fortunato Agirre Lukin, a quien anualmente rendimos homenaje aquí, en el
cementerio de Lizarra. Hombre profundamente íntegro, que fue brutalmente
asesinado por defender la justicia, la libertad, la convivencia y la
democracia.
Un hombre que fue mucho más
que el primer alcalde nacionalista de Lizarra. Fue una persona comprometida con
su pueblo, con el euskera, con la cultura de esta tierra, con el deporte y la
dignidad humana, impulsando el progreso de Lizarra en tiempos muy difíciles y
gobernando aún en esos tiempos desde el respeto y el acuerdo.
Este año honramos su memoria
en el 89 aniversario de su asesinato por los franquistas. Un asesinato que no
consiguió borrar sus ideas y su ejemplo que sigue vivo por el trabajo de su
familia contra el olvido y por la memoria. Y lo hacemos hoy en el panteón, como
siempre, pero en un año especial en el que la memoria de Fortunato se une
indisolublemente al recuerdo de su hija Mirentxu, que nos abandonó hace unos
meses y que nos ha acompañado durante tantos años en días como el de hoy.
Mirentxu bere aitaren
memoria bizirik mantendu zuen eta biktimen aldeko justizia eta erreparazioaren
alde ere lan nekaezina egin zuen.
Gracias a todos por estar
aquí, cargos del partido e institucionales y familia en un acto que cada año
parece más necesario teniendo en cuenta la ola reaccionaria, el populismo, el
fascismo y el odio que nos rodean. Frente a ello nuestro modelo es el de
Fortunato. Hori da gure eredua. El de la defensa de la democracia. El de la
política sustentada en valores como el compromiso, diálogo, trabajo, humanidad,
del lado siempre de los derechos humanos y contra la violencia.
Como hizo Fortunato, y como
hizo también Manuel Irujo. Katea ez da eten. El legado de Fortunato y el legado
de Manuel siguen vivos, y lo seguirán estando mientras no dejemos de
recordarlos con orgullo. Eskerrik asko guztioi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario