Año 2007 URTEA Premio Manuel Irujo

martes, 4 de agosto de 2020

2011 Gure amnesia



La historia que nos enseñaron los vencedores

La historia no se detiene y cada pueblo vive su tiempo intentando rehacer el camino que trazaron sus antepasados. Cada pueblo, mediante mitos, leyendas o hechos históricos magnificados, ha creado un universo cultural que posibilita que los ciudadanos se sientan parte de una nación. Sin embargo, no podemos olvidar que en la Europa del siglo XXI, dentro de algunos estados viven en tensión naciones con diferentes sensibilidades.

Francia y España son dos claros ejemplos de estados centralistas que construyeron mediante conquistas su actual proyecto de nación. En estos estados considerados democráticos, vascos, occitanos, catalanes, bretones, gallegos y otros pueblos han sufrido durante siglos un doloroso proceso de asimilación. La colonización de estos pueblos sometidos ha sido la mejor arma para destruir su memoria histórica. Las escuelas, los funcionarios y los altos cargos, tanto administrativos como eclesiásticos, han sido los instrumentos más eficaces para difundir la cultura dominante.

Este proceso de aculturización ha posibilitado que las nuevas generaciones desconozcamos nuestro pasado cultural y en consecuencia que asumamos como nuestras las tesis de los colonizadores. Dice la historia que los beamonteses se arrepintieron de la ayuda prestada a los españoles cuando comprobaron que los destinos de Nabarra habían quedado en manos de italianos y funcionarios venidos de Castilla, pero su arrepentimiento no sirvió para mucho ya que el futuro de un estado independiente había quedado truncado.

Bandera de Nafarroa ondeando en el Castillo Mayor de Lizarra

Después de 500 años, Nabarra se encuentra en la disyuntiva que se ha encontrado siempre: seguimos estando divididos geográficamente y culturalmente. Metafóricamente, podríamos hablar hoy también de agramonteses y beamonteses, de dos grupos banderizos que defienden dos proyectos de Nabarra muy diferentes. No podemos caer de nuevo en el error del Conde de Lerín que hizo posible la conquista de Nabarra. Tenemos que recoger el testigo de los Jauregizar, de los Belaz de Medrano, de los Jaso, de los Mauleón, de los Azpilkueta, de los Bakedano, del Mariscal Pedro para reencontrarnos con la Nabarra perdida. Debemos de recuperar el espíritu de la Gamazada para recuperar nuestras señas de identidad. Tenemos que hacer un alto en el camino y escuchar los gritos de “Nabarra” “Nabarra” que se extendían desde Tudela hasta el Roncal cada vez que los navarros intentaban reconquistar el reino. No debemos caer en el juego de los que nos quieren hacer creer que Nabarra se unió a Castilla, ya que nos quieren dividir una vez más.

 El conocimiento de los hechos históricos acaecidos entre los años 1512 y 1530 nos puede ayudar a todos los navarros y navarras a definir nuestro futuro. Nabarra debe seguir siendo una nación.
 Koldo Viñuales

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