Con un nutrido público formado por amigos, familiares y
autoridades, el encuentro comenzaba a las 12.30 en la plaza de Santiago con un
aurresku. Una vez en el salón de la Mancomunidad, se iniciaba la entrega de la
medalla de oro. La palabra la tuvo Koldo Viñuales, presidente de la fundación
Irujo Etxea, quien dio el saludo a todos los asistentes. Sus palabras se
intercalaban con la actuación de la coral Ereintza, que interpretó varias
piezas.
Koldo Viñuales e Iñaki Perurena con Joxe Ulibarrena
Viñuales explicó por qué este año era merecedor Joxe Uliberrena
de este premio. Según sus palabras, el etnógrafo y escultor ha sido un gran
transmisor de la tradición vascuence a través de sus obras. “A pesar de los
golpes que le dio la vida, ha sido capaz de levantarse manifestando en sus
esculturas su rebeldía y sus ansias de libertad”, apuntaba Koldo Viñuales.
Nacido en Azkoien hace 88 años, el premiado comenzó su formación
artística en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, completándola en París
con una beca del Gobierno de Navarra. Entre sus obras destacan las esculturas
de Sartaguda, Noáin y el museo en Arteta, en el valle de Ollo, donde se
encuentran más de 10.000 piezas que recopilan la historia y costumbres del
pueblo vasco. En Estella tiene una de sus obras ubicada en el patio de recreo
de la ikastola llamada ‘Ikastun’. Además, el busto de Manuel Irujo, emblema de
la Asociación, es también obra del artista.
Tras su introducción, Viñuales dio paso a Iñaki Perurena,
premiado el año pasado. Admirador de Joxe Uliberrena y gran amigo, manifestó su
orgullo por otorgar este premio al escultor. Perurena tuvo unas palabras de recuerdo
hacia el padre del premiado, fusilado durante la Guerra Civil. “Tuve la suerte
de conocerle y estuve poco tiempo con él, pero me enseñó a amar la tierra”,
explicaba.
A lo largo de su intervención, el harrijasotzaile no pasó por
alto la originalidad de Ulibarrena, que se debe al conocimiento del origen de
la tradición navarra. Seguidamente, se levantó Joxe Uliberrena para recibir la
medalla de oro y explicar el porqué de sus obras. Defendió la cultura navarra,
la lengua vasca y manifestó estar en contra de las guerras y de su vinculación
con la religión. “Seremos aldeanos, pero no somos cañoneros”, afirmó aludiendo
a los conflictos perdidos en Navarra. “No habremos ganado ninguna guerra pero
tenemos las manos limpias y la lengua también”, expresó ante las sonrisas de
los oyentes.
Enrike Zelaia, un buen amigo de Joxe Ulibarrena
El músico Enrique Zelaia, con su acordeón, dedicó una canción al
premiado después de un relato de las hazañas que habían vivido juntos. Tocando
el himno de las Cortes de Navarra terminó el acto para dar paso a la
txistorrada popular en la plaza de Santiago, sin olvidar despedirse diciendo:
“¿Qué es mejor, esos cañones que destruyen todo o este que está a mi lado?”,
refiriéndose a Enrique Zelaia.
Calle Mayor
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