Año 2007 URTEA Premio Manuel Irujo

jueves, 12 de noviembre de 2020

2019 Lau Kontzentrazio-Esparru

 

Argelés-sur-Mer

La playa de Argelès-sur-Mer es una basta extensión de arena situada a poco más de treinta kilómetros de la frontera que separa el Estado francés del español. . Quizá uno de los peores escenarios para colocar un campo de concentración. Aun así, las autoridades francesas no tuvieron inconveniente de crear un centro de internamiento, en la mismísima playa.

 

Campo de internamiento de Argelès-sur-Mer ubicado en una playa


Por este campo pasaron más de cien mil refugiados republicanos de la Guerra Civil. Entre las decenas de miles de civiles, un gran número de militares combatientes en el Frente del Ebro y brigadistas internacionales que no tenían posibilidad de regresar a sus países de origen. La familia Odria estuvo internada en este campo tras pasar la frontera por Catalunya. 


 Gurs


En Gurs, población situada a 35 kilómetros de la frontera, se levantó sobre 28 hectáreas en marzo de 1939 un campo de concentración destinado primeramente a los combatientes vascos y de otros puntos del Estado español que escapaban a Francia ante el avance de las tropas franquistas.

 

El aforo de sus 382 barracones era de 18.500 personas, pero las autoridades francesas entendieron que se podía meter a más. Muchos más. Tantos como 61.000. Si alguna vez buscan un sinónimo de hacinamiento, acuérdense de Gurs.  


Campo de Concentración de Gurs

Muchos de esos exiliados, que venían de perder una guerra, se alistaron a partir de 1940 para detener el avance de los nazis, cuyas tropas habían empezado a ocupar el país en junio de 1940.

 

El cierre definitivo se produjo en 1946. Detrás dejaba unas cifras de espanto: cerca de 64.000 prisioneros de 52 nacionalidades habían pasado por allí. Se estima que 1.100 murieron dentro. En 1985, casi cuarenta años después de su clausura, se levantó un memorial para homenajearles. Las autoridades francesas lo arrasaron para borrar un gran vergüenza. Antonino y su hijo Josetxo fueron trasladados a Gurs y ubicados en el islote de los vascos.

 

Les Alliers en Angouléme

 

Antonino y Josetxo, reclamados por su familia, salieron de Gurs, y se dirigieron a un refugio de la ciudad de Cognac en el que se encontraban alrededor de 60 personas. Las autoridades francesas decidieron reagrupar a los refugiados españoles, dispersos en 34 refugios  del departamento de la Charente,  en el campo de Les Alliers cercano a la ciudad de Angulema.

 

Imagen del campo Alliers-Angulema


Este era un campo de internamiento, más que de refugiados. Estaba compuesto por unas pocas barracas, una oficina, una cocina y una enfermería. Los que estaban en condiciones de trabajar, podían salir y vivir acogidos en casas particulares, en condiciones más favorables, aunque se trataba de un acogimiento disfrazado.

Sin embargo en 1940, tras la invasión alemana de Francia, y el armisticio, pasarían de ser refugiados a ser indeseables, convirtiéndose en un auténtico campo de concentración controlado por los nazis.

 

Vagones de traslado a los campos de concentración

Este mismo año partirá para Mauthausen el llamado convoy de los 927, compuesto por familias de exilados republicanos

 

Mathausen - Gusen- Castillo de Harteim


El nombre  de Mauthausen-Gusen hace referencias a un conjunto se campos de concentración extendidos por toda Austria que utilizaron a los prisioneros como esclavos en las fábricas y canteras de granito.

En este campo fueron internados los hombres y jóvenes del primer convoy de republicanos procedentes del Campo Les Alliers. Llegaron a Francia como perdedores de una guerra civil, pero la tierra de la libertad y fraternidad no les dispensó la mejor de sus acogidas, de hecho, los llamaron «los indeseables». El gobierno del general Franco se desentendió de ellos, el de la república en el exilio no consta que intentara mejorar su suerte, el gobierno de Petain se los quitó de encima, y el nazi hizo el resto. Cuatro gobiernos y una tragedia.


Prisioneros de Mauthausen

La vida en Mauthausen fue extremadamente dura y cruel, y así se entiende que algunos prefirieran poner fin a su desgraciada existencia arrojándose a las alambradas eléctricas perimetrales, o cayendo abatidos por los disparos de los vigilantes. Sobrecoge ver la larga y conocida escalera de 186 escalones que tenían que subir los prisioneros cargados con las pesadas piedras desde la cantera hasta el campo. La fatiga hasta la extenuación supuso la muerte de miles de prisioneros

 

Las llamadas "escaleras de la muerte":186 escalones que los presos tenían que subir cargados con piedras de granito 


Como campo de trabajo, la vida de los refugiados solo tenía sentido en tanto fueran capaces de rendir, pero en cuanto el prisionero desfallecía como consecuencia de la casi nula alimentación, las enfermedades, el agotamiento, el intenso frío, o la ausencia de higiene, su vida era absolutamente prescindible. De ahí que perversamente, las cámaras de gas y los hornos crematorios estuvieran debajo de la enfermería.


Cámara de Gas de Hartheim dondo fueron gaseados Antonino Odria y su hijo Josetxo


En total fueron 7.532 hombres, mujeres y niños españoles los esclavizados en estos campos, de los que murieron 4.816. Entre estos asesinados se encuentran Antonino y Josetxo que fueron asesinados en la cámara de gas del Castillo de Hartheim. En este lugar, entre 1940 y 1944, se instalaron cámaras de gas donde se asesinaba a personas enfermas venidas de los campos de trabajo mediante gas letal. Una cantidad importante de presos del campo de concentración de Mauthausen-Gusen (entre ellos, unos 500 españoles) y de Dachau fueron conducidos  a Hartheim para su exterminio.




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