El catedrático de Historia del Derecho
fue galardonado en reconocimiento a su compromiso personal a favor del euskara
y de la cultura vasca.
Texto: Vicky Alfonso
Irujo Etxea Elkartea celebró el pasado mes de junio la
entrega del Cuarto Premio Manuel Irujo, que en esta edición recayó en
Gregorio Monreal Zia. Nacido en Etayo en 1942, este profesor, que imparte
clases en la Universidad Pública de Navarra desde 1995, cuenta con una variada
trayectoria personal y profesional. Su extenso currículo incluye, entre otros
aspectos, el haber sido rector de la Universidad del País Vasco, presidente de
Eusko Ikaskuntza, miembro de la ponencia redactora del Estatuto de Autonomía
del País Vasco, miembro de la Societé d´Histoire de Droit en París, senador por
Guipúzcoa, director de la Revista Internacional de Estudios Vascos y viceconsejero
de Universidades y de Investigación del Gobierno Vasco. Sin embargo, ha sido
“el compromiso personal a favor del euskera y la cultura vasca, así como su
intento por recuperar las raíces de nuestro pueblo, su inmenso trabajo por
defender nuestras señas de identidad, por las vías del diálogo y de la cultura”
lo que le ha hecho merecedor del premio que anualmente concede Irujo Etxea
Elkartea.
El acto, amenizado por la coral Ereintza de Lizarra, se
desarrolló en un ambiente ceremonioso y entrañable, en el que no faltó la
referencia a la emblemática figura de don Manuel de Irujo y una mención
especial a los anteriores galardonados: José María Jimeno Jurio, José María
Satrustegi y Pedro Miguel Etxenike.
El presidente de Irujo Etxea, Koldo Viñuales, ejerció
como maestro de ceremonias. En su discurso ofreció detalles de la vida de Gregorio Monreal , de su niñez en Etayo, de sus años
de estudiante en Lizarra y posteriormente en Bilbao, manteniendo siempre las
notas de identidad cultural vasca por la que no era muy rentable trabajar en
los años del franquismo. “Había que nadar contra corriente –señaló Viñuales–,
había que seguir transmitiendo aquellas notas de identidad para posibilitar un
nuevo reencuentro de las tierras de Euskalerria, y tanto en el exilio como a
pie de trinchera surgisteis personas capaces de liderar la recuperación de la
memoria histórica de este gran pueblo”. Recordó también los criterios
humanistas y los valores éticos de todas aquellas personas, entre ellas Gregorio Monreal , que tuvieron “en la fuerza de la
palabra, en el estudio sistemático de la historia y en el diálogo como forma de
resolver los conflictos, los mejores argumentos para seguir afirmando las señas
de identidad de Euskalerria”. Por todo ello, explicó que la Fundación Irujo
Etxea otorgaba a Monreal el premio don Manuel Irujo, porque “sigues trabajando
en claves de unidad y de progreso y tu trabajo y dedicación siguen haciendo
posible que las utopías por las que tanto lucharon don Manuel, Jimeno Jurío y
José María Satrustegi estén cada vez más cerca”
A continuación tomó la palabra José Manuel Castells,
catedrático de la UPV y amigo personal de Gregorio Monreal, a quien definió
como un hombre de acción al servicio de la cultura y de la democracia. “Esta es
una amistad que me honra desde hace 32 años –indicó en referencia a su relación
con el homenajeado– y puedo decir que he sido un buen vasallo porque siempre he
tenido un formidable señor”. Castells hizo un breve repaso a los distintos
ámbitos de actuación de Monreal: sus muchos y variados cargos académicos; su
carrera docente, “un universitario de los pies a la cabeza y de un especial
rigor, apreciado por los alumnos”; su trabajo como investigador, “caracterizado
por el rigor, la minuciosidad y la claridad”; y su labor en pro de la cultura
vasca, destacando que fue un “auténtico modernizador de Eusko Ikaskuntza, a la
que supo acercar a la sociedad y convertir en auténtico referente de vanguardia
en Vasconia”.
Por último, tras recibir la medalla de oro con la imagen
de don Manuel Irujo y el Seiburu tallado en madera, anagrama de la Fundación
Irujo Etxea, Gregorio Monreal dirigió unas palabras al numeroso público
asistente. En primer lugar, agradeció el galardón “por tres motivos
importantes”: el lugar, Lizarra, “que era para nosotros esa ciudad mágica y
fundamental para los merindanos”; la persona que le da nombre, Manuel Irujo,
“al que conocí en la ultimísima fase de su vida pero que fue una de las cosas
más importantes y significativas que me han ocurrido nunca”; y los anteriormente
premiados “con los que la Fundación Irujo Etxea acertó plenamente “.
Continuó su discurso desgranando detalles y anécdotas de
los esporádicos encuentros que tuvo con don Manuel , del que “me
impresionaba ese rasgo de respeto profundo hacia los adversarios y a sus ideas,
sin renunciar a expresar las suyas porque era un humanista profundo y estaba
convencido de la fuerza de la razón y la argumentación”. Así, recordó cómo con
casi 90 años durante un acto político “le bastó levantar los brazos y soltar
dos Gora! Para que el frontón se pusiera en pie”. Y es que, “lo que sorprendía
no era sólo su estilo o forma de hablar –tenía la oratoria de un viejo tribuno
republicano– sino que transmitía la fuerza, la energía y su convicción profunda
tenía el mismo ardor de un adolescente comprometido”.
Coincidió en ese sentido con la Fundación Irujo Etxea en
que la instauración del premio don Manuel Irujo “es una honra también para
esta ciudad, que debe mucho a don Manuel y que quizá no le ha estimado en la medida
en que lo merecía” y se mostró “encantado de recibir este premio Manuel Irujo, un hombre demócrata y de una dimensión magnífica”.
El acto concluyó con el recuerdo a los premiados en
ediciones anteriores y la interpretación, por parte de la coral Ereintza, del
Agur Jaunak. Posteriormente, se celebró una txistorrada popular en la Plaza de
Santiago y una comida en la sociedad Gure Geroa.
Además del homenajeado y de familiares y amigos de
garlardonados en años precedentes, asistieron al acto la alcaldesa de Lizarra,
María José Fernández, y ediles de la Corporación; el representante de Udalbide,
José Luis Mendoza; el secretario de Eusko Ikaskuntza, Sixto
Jiménez ; el presidente del NBB José Angel Agirrebengoa,
miembros de la Ejecutiva en Navarra y un representante del EBB, el
parlamentario socialista José Luis Castejón y representantes de cultura del
Gobierno Vasco.
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