Año 2007 URTEA Premio Manuel Irujo

sábado, 23 de febrero de 2013

2004 IV PREMIO MANUEL IRUJO

                                                                                   

El catedrático de Historia del Derecho fue galardonado en reconocimiento a su compromiso personal a favor del euskara y de la cultura vasca.
                                                       Texto: Vicky Alfonso
Irujo Etxea Elkartea celebró el pasado mes de junio la entrega del Cuarto Premio  Manuel  Irujo, que en esta edición recayó en Gregorio Monreal Zia. Nacido en Etayo en 1942, este profesor, que imparte clases en la Universidad Pública de Navarra desde 1995, cuenta con una variada trayectoria personal y profesional. Su extenso currículo incluye, entre otros aspectos, el haber sido rector de la Universidad del País Vasco, presidente de Eusko Ikaskuntza, miembro de la ponencia redactora del Estatuto de Autonomía del País Vasco, miembro de la Societé d´Histoire de Droit en París, senador por Guipúzcoa, director de la Revista Internacional de Estudios Vascos y viceconsejero de Universidades y de Investigación del Gobierno Vasco. Sin embargo, ha sido “el compromiso personal a favor del euskera y la cultura vasca, así como su intento por recuperar las raíces de nuestro pueblo, su inmenso trabajo por defender nuestras señas de identidad, por las vías del diálogo y de la cultura” lo que le ha hecho merecedor del premio que anualmente concede Irujo Etxea Elkartea.
El acto, amenizado por la coral Ereintza de Lizarra, se desarrolló en un ambiente ceremonioso y entrañable, en el que no faltó la referencia a la emblemática figura de don Manuel de Irujo y una mención especial a los anteriores galardonados: José María Jimeno Jurio, José María Satrustegi y Pedro Miguel Etxenike.




El presidente de Irujo Etxea, Koldo Viñuales, ejerció como maestro de ceremonias. En su discurso ofreció detalles de la vida de Gregorio Monreal, de su niñez en Etayo, de sus años de estudiante en Lizarra y posteriormente en Bilbao, manteniendo siempre las notas de identidad cultural vasca por la que no era muy rentable trabajar en los años del franquismo. “Había que nadar contra corriente –señaló Viñuales–, había que seguir transmitiendo aquellas notas de identidad para posibilitar un nuevo reencuentro de las tierras de Euskalerria, y tanto en el exilio como a pie de trinchera surgisteis personas capaces de liderar la recuperación de la memoria histórica de este gran pueblo”. Recordó también los criterios humanistas y los valores éticos de todas aquellas personas, entre ellas Gregorio Monreal, que tuvieron “en la fuerza de la palabra, en el estudio sistemático de la historia y en el diálogo como forma de resolver los conflictos, los mejores argumentos para seguir afirmando las señas de identidad de Euskalerria”. Por todo ello, explicó que la Fundación Irujo Etxea otorgaba a Monreal el premio don Manuel Irujo, porque “sigues trabajando en claves de unidad y de progreso y tu trabajo y dedicación siguen haciendo posible que las utopías por las que tanto lucharon don Manuel, Jimeno Jurío y José María Satrustegi estén cada vez más cerca”
A continuación tomó la palabra José Manuel Castells, catedrático de la UPV y amigo personal de Gregorio Monreal, a quien definió como un hombre de acción al servicio de la cultura y de la democracia. “Esta es una amistad que me honra desde hace 32 años –indicó en referencia a su relación con el homenajeado– y puedo decir que he sido un buen vasallo porque siempre he tenido un formidable señor”. Castells hizo un breve repaso a los distintos ámbitos de actuación de Monreal: sus muchos y variados cargos académicos; su carrera docente, “un universitario de los pies a la cabeza y de un especial rigor, apreciado por los alumnos”; su trabajo como investigador, “caracterizado por el rigor, la minuciosidad y la claridad”; y su labor en pro de la cultura vasca, destacando que fue un “auténtico modernizador de Eusko Ikaskuntza, a la que supo acercar a la sociedad y convertir en auténtico referente de vanguardia en Vasconia”.



Por último, tras recibir la medalla de oro con la imagen de don Manuel Irujo y el Seiburu tallado en madera, anagrama de la Fundación Irujo Etxea, Gregorio Monreal dirigió unas palabras al numeroso público asistente. En primer lugar, agradeció el galardón “por tres motivos importantes”: el lugar, Lizarra, “que era para nosotros esa ciudad mágica y fundamental para los merindanos”; la persona que le da nombre, Manuel  Irujo, “al que conocí en la ultimísima fase de su vida pero que fue una de las cosas más importantes y significativas que me han ocurrido nunca”; y los anteriormente premiados “con los que la Fundación Irujo Etxea acertó plenamente “.
Continuó su discurso desgranando detalles y anécdotas de los esporádicos encuentros que tuvo con don Manuel , del que “me impresionaba ese rasgo de respeto profundo hacia los adversarios y a sus ideas, sin renunciar a expresar las suyas porque era un humanista profundo y estaba convencido de la fuerza de la razón y la argumentación”. Así, recordó cómo con casi 90 años durante un acto político “le bastó levantar los brazos y soltar dos Gora! Para que el frontón se pusiera en pie”. Y es que, “lo que sorprendía no era sólo su estilo o forma de hablar –tenía la oratoria de un viejo tribuno republicano– sino que transmitía la fuerza, la energía y su convicción profunda tenía el mismo ardor de un adolescente comprometido”.
Coincidió en ese sentido con la Fundación Irujo Etxea en que la instauración del premio don Manuel  Irujo “es una honra también para esta ciudad, que debe mucho a don Manuel y que quizá no le ha estimado en la medida en que lo merecía” y se mostró “encantado de recibir este premio Manuel  Irujo, un hombre demócrata y de una dimensión magnífica”.



El acto concluyó con el recuerdo a los premiados en ediciones anteriores y la interpretación, por parte de la coral Ereintza, del Agur Jaunak. Posteriormente, se celebró una txistorrada popular en la Plaza de Santiago y una comida en la sociedad Gure Geroa.
Además del homenajeado y de familiares y amigos de garlardonados en años precedentes, asistieron al acto la alcaldesa de Lizarra, María José Fernández, y ediles de la Corporación; el representante de Udalbide, José Luis Mendoza; el secretario de Eusko Ikaskuntza, Sixto Jiménez; el presidente del NBB José Angel Agirrebengoa, miembros de la Ejecutiva en Navarra y un representante del EBB, el parlamentario socialista José Luis Castejón y representantes de cultura del Gobierno Vasco.

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