Año 2007 URTEA Premio Manuel Irujo

miércoles, 13 de febrero de 2013

2003 Pedro Miguel Etxenike IIIer PREMIO MANUEL IRUJO


“Es un orgullo recibir un premio
que lleva el nombre de un gigante como fue Irujo”

Pedro Miguel Etxenike recibió el premio Manuel Irujo

       
El físico Pedro Miguel Etxenike recibió el pasado 14 de junio el premio Manuel Irujo, otorgado por la Asociación Irujo Etxea “como reconocimiento a su compromiso en favor del euskera y de la cultura vasca, así como en agradecimiento por la imagen que de la cultura vasca y de su idioma ha difundido en su entorno profesional y en su vida cotidiana”. Etxenike, natural de Isaba, premio Príncipe de Asturias de Investigación, manifestó su orgullo por “recibir un premio que lleva el nombre de un gigante como fue Irujo, un hombre que por ser navarro era y se sentía vasco, como soy y me siento yo”.

Pello Salaburu, Miren Azkarate, Pedro Miguel Etxenike, Mª Angeles Iztueta, Koldo Viñuales, y Andrés Iñigo
Irujo Etxea Elkartea celebró la entrega del tercer Premio Manuel Irujo, una medalla de oro con la efigie del político nacionalista y una talla de madera del seiburu que representa el anagrama de la asociación. El galardonado este año fue el catedrático de Física de la Materia Condesada de la UPV, Pedro Miguel Etxenike, quien no ahorró palabras de reconocimiento hacia Manuel de Irujo, “un hombre audaz, profundamente demócrata y que estaba convencido de que las distintas fuerzas políticas tienen que dirimir sus diferencias entre el mutuo respeto”.
En su opinión, Irujo “es un hombre que justifica a toda una generación y si nosotros hemos podido avanzar es gracias al respaldo de unos pocos gigantes como Irujo”. En ese contexto, se refirió a la cultura vasca y al euskera y manifestó que “debemos, desde nuestra pequeñez, seguir trabajando en defensa de nuestros ideales y, entre ellos, el florecimiento de la lingua navarrorum, diciendo al mismo tiempo que no vamos contra nadie porque la lengua es de todos, es un tesoro cultural, una posesión común a cuyo florecimiento toda política, en especial si es democrática, debe favorecer”.
Con anterioridad, el presidente de Irujo Etxea, Koldo Viñuales, pronunció un discurso en el que dio a conocer la trayectoria de Etxenike desde su infancia en Isaba hasta su trabajo como investigador, su reconocimiento en universidades europeas y americanas y su paso por la política como consejero del Gobierno Vasco. Recordó a un Etxenike que aprendió el euskera y que, como muchos otros roncaleses y navarros, “has sido capaz de dar nueva vida a la lengua que se perdió hace tres generaciones en Roncal”; agradeció su trabajo e ilusión “por mantener vivas las señas de identidad de este pueblo que tanto amas”; y pidió al galardonado “coger la antorcha que en su día llevaron Don Manuel Irujo, José María Jimeno Jurío y José Mari Satrustegi, tres grandes personalidades que hasta el final de sus vidas supieron mantener viva la llama de nuestra cultura”.

Pello Salaburu, Pedro Miguel Etxenike  y Koldo Viñuales
Por su parte, Pello Salaburu, ex rector de la UPV, fue el encargado de entregar la medalla de oro al galardonado. En su discurso, repleto de anécdotas que pusieron de manifiesto la calidad humana y profesional de Etxenike, Salaburu destacó el hecho de que “este premio se de en Navarra y a navarros, lo que debe suponer una gran alegría para todos los navarros y euskaldunes”. Definió a Etxenike como “amigo de sus amigos, por encima de todo; una persona brillante, con quien es peligrosísimo discutir, muy brillante en la exposición y también en la improvisación”, se refirió a él como “uno de los poco intelectuales que tenemos en el país”, entre quienes incluyó también a Goio Monreal, y achacó a la labor de Etxenike “el enorme salto cualitativo que se ha producido en la investigación de este país”.
Al acto de entrega del premio asistieron diversas personalidades, entre ellas el presidente del Parlamento Foral y las consejeras de Cultura y educación del Gobierno Vasco y representantes de las fundaciones Euskara Kultur Elkartea y Sabino Arana. Asimismo, hubo una mención especial para los familiares de los galardonados con anterioridad, José María Jimeno Jurío y Jesús Mari Satrústegi, recientemente fallecidos. El propio Etxenike se refirió a ellos con enorme afecto: “No me considero ni del nivel de Irujo ni de los anteriores premiados –señaló‑. No conocía prácticamente a Jimeno Jurío, pero ya me gustaría que al final de mis días se dijera la mitad de lo que con tanto cariño se ha dicho de él. Sí conocí más a Satrustegi, con quien tuve el honor de trabajar durante mis años en el Gobierno Vasco”.
Tras la entrega del premio, amenizada por la coral Ereintza, tuvo lugar una kalejira y txistorrada en la Plaza de Santiago, para concluir la jornada con una comida de hermandad a la que asistieron cerca de 80 personas.


Vicky Alfonso

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