Estella-Lizarra dignifica
las víctimas del franquismo
En diciembre de 2006 el Ayuntamiento de
Estella-Lizarra dio un importante paso institucional dignificando la memoria de
los lizartarras asesinados en nuestra ciudad durante la guerra civil. En una
placa que se entregó a los familiares en un acto celebrado en los Golem se leía
este mensaje: “Supistéis defender con coraje y dignidad los valores democráticos, por
ello os reconocemos con cariño vuestra contribución y vuestro sacrificio”.
El Consistorio rompía un silencio de años, reconociendo que las personas
asesinadas durante el franquismo murieron por defender unos valores democráticos.
Se había dado el primer paso para devolver la dignidad a los muertos y a sus
familiares que, durante largos años, sufrieron toda clase de vejaciones y
humillaciones.
Placa colocada en honor de los tres fusilados en el zaguán del ayuntamiento de Lizarra
Siete años después, el Ayuntamiento de Estella-Lizarra convoca a la ciudad del Ega a asistir al homenaje en honor de su alcalde Fortunato y de los funcionarios Clemente y Federico. La leyenda de la placa colocada en el zaguán del ayuntamiento, --“El Ayuntamiento y el pueblo de Estella-Lizarra en memoria y homenaje de quien fuera su alcalde Don Fortunato Agirre Lukin, del inspector jefe Don Clemente Ros Urroz y del aguacil municipal Don Federico Leza Suescun asesinados en 1936 por defender la democracia”—reconoce públicamente que la muerte de estos tres ciudadanos fue fruto de la violencia y por tanto injusta
Es significativo que en las actas municipales apenas
se recojan referencias a la situación convulsa que vivía la ciudad de
Estella-Lizarra y a las acciones
militares que se estaban realizando en nuestra merindad En el acta de una sesión se comenta que
Fortunato no estaba presente por encontrarse en la cárcel. Tampoco se menciona nada de las sacas, ni de
los asesinatos sin juicio. El silencio
institucional y la falta de información iban a ser las armas más eficaces para
que las personas asesinadas en los rastrojos, cunetas, simas y tapias de los
cementerios se olvidasen en .fosas comunes. Mientras tanto, muchas familias
vivieron con sufrimiento y desesperación la pérdida de sus seres queridos de
los que no pudieron despedirse.
Hoy sin embargo los ciudadanos y ciudadanas de
Estella-Lizarra, representados por nuestro Ayuntamiento, saludamos y nos
reencontramos con Fortunato Agirre Clemente Ros y Federico Leza, tres personas
honestas que fueron fusiladas por cumplir con su deber y por defender la
democracia.
Estamos escribiendo en el libro de la democracia los
últimos momentos de la vida de tres estelleses que sufrieron la violencia de
una guerra inútil y que fueron enterrados en las fosas del olvido.
Aurresku de honor ante los familiares de los fusilados
Don Fortunato Agirre Lukin, alcalde de Estella-Lizarra, asesinado en 1936 en las tapias del cementerio de Tajonar. Un merindano nacido en Arellano, comprometido con el progreso de la ciudad, católico convencido y militante nacionalista. Detenido el 18 de julio y tras pasar por el cuartel militar, se decretó su ingreso en prisión en la cárcel de Estella. Aunque se realizaron gestiones para su liberación ante las autoridades militares y eclesiásticas, el 29 de Septiembre, festividad de San Miguel, fue sacado de la cárcel de Estella y asesinado frente a la tapia del cementerio de Tajonar. Una frase pronunciada por una de sus verdugos en el momento de la ejecución --“ A tí no te salva ni San Miguel”-- nos indica que sus asesinos conocían bien las convicciones religiosas de nuestro alcalde.
Mikele, Jose Miguel y Mirentxu descubriendo la plaka.
Fortunato Agirre pagó con su vida no solo el haber
sido representante del nacionalismo, sino también haber sido el más ardiente
defensor de la legalidad republicana, cuyas leyes intentó cumplir hasta el
último momento, Tras su muerte, su esposa Edurne Aristizabal, sacó adelante a
sus cinco hijos con dignidad, manteniendo viva en el hogar la memoria de un
padre nacionalista que siempre estuvo presente en sus vidas. En 1959, gracias al testimonio de un joven pastor de Lizarra que
reconoció el cuerrpo de su alcalde antes de ser enterrado, pudieron recuperar
sus restos que fueron trasladados al cementerio de Lizarra.
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