Esta fortaleza defensiva lo comenzaron a construir sobre
su roca conglomerada los romanos hace dos milenios. Los árabes le dieron un
carácter de fortificación hasta la época de los Banu Qasi. Desde 908, año que
lo conquistó el rey Sancho Garcés I, pasó a ser por su
situación estratégica, dotación y belleza, una de las principales fortalezas del reino,
conociéndose con el nombre de San Esteban de Deyo.
A
partir de 1512, año de la conquista del Reyno de Nafarroa, su propiedad pasó a manos de los sucesivos Condes de Lerín. Tras
siglos de vicisitudes, sufrió modificaciones como recinto militar durante las
Guerras Carlistas. Hoy, conserva la esbelta torre de planta cuadrada, buena
parte de las murallas que rodean un recinto que tiene
El
misterio del castillo radica en dónde se encuentran los restos del rey Sancho
Garcés I. El rey navarro mandó ser enterrado allí. A pesar de las distintas
intervenciones arqueológicas y de mantenimiento de este y el anterior siglo,
los restos del monarca todavía no han aparecido.
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