Con cuatro
años dejaste Lerín y te afincaste en Estella-Lizarra, ciudad en la que pasaste
tu infancia y juventud. Tus amigos te describen como un chaval muy vivaz,
inteligente, con un excelente manejo del idioma y muy locuaz. Pero también
bastante intrépido. ¡Quién no recuerda aquel día que dejaste tu hogar para
abrirte camino en el mundo del toreo! Audacia al menos no te faltó.
Sufriste
como casi todos y todas en el Colegio del Puy, los rigores del invierno
nacional católico en la Estella de los años 60 y 70, donde te sentiste atrapado
en las redes de una disciplina agobiante y fiscalizadora. Con ansias de libertad te enrolaste en el
movimiento Scout, donde dentro de unos límites, pudiste dar rienda suelta a tu
creatividad y disfrutaste a tope de la montaña y de la naturaleza.
Tu pandilla recuerda como en un campamento de
verano en la Selva del Irati, te caíste de un haya dándote un fuerte golpe en
la cabeza y como después, tumbado en tu tienda, recitabas varias veces el
teorema de Pitágoras asegurándote de que
tu capacidad intelectual seguía intacta.
Destacabas también por tu capacidad
organizativa dentro del grupo, preparando eventos y actividades para conseguir
fondos para el funcionamiento del grupo. Quién no recuerda la actividad frenética que desarrollabais los
primeros sábados y domingos de mayo, mientras preparabais en las planicies de
Montejurra puntos de ventas de bebidas para los carlistas, ya que de las
ganancias dependía la viabilidad del campamento de verano.
Pasados unos años, abandonaste el movimiento Scout, por desavenencias con la dirección, y entraste en el Club Montañero de Estella, con el que descubriste el apasionante mundo de la espeleología explorando varias simas en Urbasa, Andía y Macizo de Larra. Es épica y digna de mención, la exploración que, con dos colegas, realizaste a la sima de Txintxaleze en Urbasa hasta donde os desplazasteis en unas pesadas bicicletas de hierro transportando cuerdas, escalas, casco, carburos y pesadas mochilas. Toda una hazaña !!!
Te
tocó además crecer en una época convulsa cargada de represión, que tu espíritu
libre se resistía a aceptar, y alejándote
de las tesis oficiales, fuiste introduciéndote en los los grupos que actuaban
en la clandestinidad. Eran los años en los que escuchabas Radio París, leías y repartías
panfletos de organizaciones prohibidas y realizabas pintadas reivindicativas.
Viviste tus años de activismo con
intensidad, pero sin olvidarte de cultivar tu intelecto. Pronto empezó a
interesarte la etnografía, la cultura vasca y en especial el euskara, asistiendo
a las primeras clases que impartieron las andereños de la Ikastola en Lizarra.
Habías iniciado el camino de la búsqueda
de tu identidad perdida que te llevará a reencontrarte con la historia de
nuestro pueblo. Lerin, Lizarra. Iruña, Granada, Lekaroz, Leioa y actualmente
Donosti han sido los lugares de tu vida, aunque creemos que tanto Lizarra, como
Iruña siguen siendo los lugares donde mejor enraízan tus sentimientos.
Discurso Protocolario I
Koldo Viñuales
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