Año 2007 URTEA Premio Manuel Irujo

domingo, 25 de octubre de 2020

2017 Arantza Amezagaren oroimenak

 

Conocí a Iñaki en Caracas, hace medio siglo y cuento. Un angustiado Pello Irujo me comunicó que en las oficinas de grabación de Radio Euzkadi se había desatado un incendio e Iñaki estaba  dentro. Éramos los mas cercanos al edificio La Sierra así que corrimos y al  llegar lo vimos trepado al pretil de la ventana de un tercer piso, con el resplandor rojizo del fuego detrás, dispuesto a saltar al vacío para aferrarse a una grúa de construcción que se aproximó a él, cuanto era posible. Recuerdo al joven grácil y su salto ágil, por un instante se detuvo en el aire, y cómo se colgó a la grúa, salvándose, para alivio de todos que emitimos un clamor de alivio aferrando la manta que nos dieron los bomberos por si fallaba la maniobra. Iñaki se concentró, calculó la distancia  y ejecutó la maniobra con certeza, logrando lo que parecía imposible, salvarse.

El incendio no fue el peor de los peligros que rondaba al grupo Egi Caracas y Radio Euzkadi, empresas arriesgadas que tuvo cinco socios fundadores: Iokin Intza, Xabier Leizaola, Alberto Elosegui, J.J. Azurza, Pello Irujo e Iñaki. Ellos fraguaron la idea y la realizaron, de instalar una radio clandestina en una hacienda, La Virginia, a cincuenta Kms. de Caracas, instalando idos monumentales torres de emisión que debían salvar, trajinando las ondas, la verde cordillera de la costa venezolana, cruzar el mar azul de los Caribes y el grisáceo Atlántico para acceder a las doradas playas y altas montañas de Euskadi, emitiendo información veraz contra la dictadura que asolaba el país de los vascos, el de nuestros padres expatriados.

Centro emisor de Radio Txalupa en la selva venezolana

A Radio Euzkadi había que costearla, y se hicieron iniciativas increíbles desde la venta de quinielas hasta la emisión de monedas de oro. Arduo era además el trabajo periodístico de nutrir los mensajes radiados con artículos certeros delatando el horror de la dictadura franquista. Elaborado consignas precisas para promover acciones como los Aberri Egunas. Conjuntamente a la emisión de la Radio, se redactaba y publicaba el boletín Gudari, que se introducía a hombros de voluntarios por la muga del país. Otro elemento básico fue el punto de secretismo para alejar las sospechas de la Embajada de España del lugar y facilitar la colaboración del Gobierno venezolano. A más, era una convocatoria para los que no naciendo en Euskadi, Iñaki lo hizo en Cumaná, accediéramos al país que no era nuestro pero debía serlo.

Iñaki regresó a Euskadi en plena dictadura, como todo el grupo nuclear de Egi.  Y junto a Pello Irujo, que no pudo reprimir las lagrimas, dieron fin a Radio Euzkadi, quince años después, en la primera Asamblea pública de PNV/EAJ en Irua, 1977. Iñaki ya trabajaba incansable en tareas que incluían la remonta del viejo Partido resistente para sacarlo a la luz, en la organización de actos de masas de finales de los 70: el primer Alderdi Eguna en Aralar, el regreso de Manuel Irujo y Jesús de Leizola, el milenario de Orreaga... y así, hasta hoy. Recuerdo también los modestos nitines en los incipientes Batzokis de los pueblos, donde exponíamos la película Los Hijos de Gernika hecha en Caracas por el grupo Egi, mostrando decisión por la causa de Euskadi. No eran muchos los que concurrían. No eran tantos los que nos creían. Había demasiado miedo a exponerse a la prédica nacionalista, pero se fue abriendo  camino.

Iñaki Anasagasti entregando la medalla de Irujo a Arantza Amezaga en 2016

Fue Iñaki burukide del Bizkai y del Euzkadi Buru Batzar, diputado en nuestro reciente Eusko Lege Biltzarra, luego representante en el Congreso y Senado de Madrid. Y siempre, periodista. Dirigió, en los años iniciales, el boletín Euzkadi, en el que  participe como reportera de Nabarra, al calor de aquel grupo vital que vibraba en Marqués del Puerto. El boletín, que le costo sus días de cárcel junto a Joseba Goikoetxea, el buen amigo, era al principio una mera fotocopia aunque fue ganando boato editorial y circulaba de mano en mano, luego conocimos el lujo del correo, y era sorbido con avidez por lectores ansiosos por saber historia del país, conocer sus personajes, participar en las actividades ofrecidas y de ventear futuro. Como en tantas cosas que emprendió y realizó Iñaki por aquel tiempo y hasta el presente, la calidad y el acierto van de la mano, tanto en sus actividades parlamentarias, sus muchos artículos y libros publicados, en sus frecuentes entrevistas, en su Blog, que sabe manejarse bien en cibernética¡, en su valor de enfrentarse a la monarquía española delatando lo que recién ahora se hace público.

Ha sido un trabajador infatigable, un espíritu crítico pero constructivo, hombre que relata cada minuto de aquellos minutos que nos han traído a esta hora de libertad y prosperidad en el ámbito cultural, económico y social. Amigo fiel en tiempos de fractura del Partido que contemplamos desde ángulos diferentes pero sin enfrentamiento personal, consuelo en las horas dolorosas del duelo por Pello Irujo, cordial en momentos de parabienes. 

Iñaki Anasagasti y Arantza Amezaga en la sede de Irujo Etxea

En Lizarra, cuando recibió el ilustre Premio Manuel Irujo, manifestó su alegría por redondear su baskidad con el acto de Lizarra, a la sombra de Manuel Irujo, el león de Nabarra. locutor y colaborador de lujo en Radio Euzkadi, cuya biografía escribí y él prologó. Y del bien recordado  Pello. Evocamos también, en ese mínimo momento de intimidad, a su preciosa madre Itziar Olabeaga a la que entreviste para mi libro La Mujer vasca y clasifique como la mujer de la resistencia y la aventura, al amor de su vida la valiosa María Esther... de sus hijos, de sus familiares. De la Venezuela que compartimos y la Lizarra que escenificaba nuestra lucha de reconquista. Y recordamos, sonrientes, repitiéndolo al unísono, el lema de Radio Euzkadi del que habíamos hecho fe de vida: Contra la provocación: serenidad; Contra la represión: firmeza; Contra la duda: obedecer las consignas; contra los rumores: Radio Euzkadi/Euzkadi Irratia.

Iñaki puede decir con orgullo Yo estuve ahí, aún más, yo trabajé para que se realizara el milagro que nos ha traído hasta aquí.


Arantzazu Amezaga

Premio Irujo 2016


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