En 1931 unos vecinos de Estella solicitaron al Ayuntamiento
la creación de un euskaltegi para que los que deseasen, pudiesen aprender euskara. El Ayuntamiento, atendió la solicitud, abriendo el primer euskaltegi en nuestra ciudad. Al año
siguiente en 1932, se puso en marcha la Escuela Vasca : una
escuela moderna y progresista que solo pudo impartir clases durante tres cursos.
Petra Azpiroz Lazkano, nacida en Leiza y que, con solo 17
años había obtenido el título de profesora en la Escuela de Magisterio de la Diputación de Pamplona,
fue la encargada de dinamizar este proyecto ilusionante.
Nos recuerda Petra, que empezó con 12 alumnos y alumnas, y acabó con más de 40.
La ilusión y el trabajo de esta joven andereño, se vio
reforzado por la ayuda de los padres y de personas influyentes del entorno
nacionalista. Podríamos decir que, sin ser una cooperativa den padres, era una
escuela en la que las familias y algunos agentes sociales estaban muy
implicados. Era un proyecto moderno para
su tiempo. Se daba mucha importancia a la enseñanza de la música, gimnasia o
danza y, además, era un centro educativo mixto, al que acudían niños y niñas.
Fueron tres cursos intensos, en los que Petra lo dio todo.
A principios de julio del 36, Petra se despidió de sus alumnos hasta el curso
próximo. Un curso que no llegaría, pues
su escuela fue clausurada. En el verano del 36, el comandante jefe de Estella emitirá
un bando en el que además de prohibir el euskara, instará a entregar en un
plazo de 48 horas los libros y objetos de toda índole de la escuela vasca.
Los libros en euskara terminaron en una gran pira en la Plaza de los Fueros, sus
alumnos diseminados en los centros educativos de la ciudad y los pupitres que
tanto cuidaron, en las escuelas nacionales.
La andereño de este incipiente proyecto educativo, Petra
Azpiroz, fue declarada persona indeseable y
por tanto inhabilitada para
ejercer cualquier actividad docente. Con 22 años, esta profesora ilusionada y
comprometida con el euskara, vio truncado su proyecto de vida.
Durante 34 largos años,
las autoridades políticas y religiosas se esforzaron por hacer
desaparecer de la vida pública todo aquello que hiciera referencia al euskara y
la cultura vasca. La escuela se convirtió en el mejor medio de adoctrinamiento
en los nuevos valores,
Pero, ni las leyes restrictivas, ni las prohibiciones
acabaron con el sentimiento y amor hacia lo vasco. Sí que lograron enmudecerlo,
hasta que en 1970, en el despertar de la
democracia, de nuevo se puso en marcha
la segunda ikastola.
Sus comienzos fueron difíciles. Hubo maniobras y peticiones a Gobernación
para que esta nueva ikastola fuese nuevamente clausurada. A pesar de esto,
todos y todas aquellas personas que habían sufrido en silencio el desprecio
hacia su lengua y cultura, manifestaron públicamente su deseo de vivir en
euskara, apoyando este nuevo proyecto.
Hoy, pasados 74 año, Irujo Etxea con la concesión “in
memoriam” de su Xº Premio Manuel Irujo a la primera andereño de la Escuela Vasca , Petra
Azpiroz Lazkano, quiere rendir un sentido homenaje a todos los que habéis hecho
posible que la cultura vasca y el euskara sigan teniendo futuro.
Koldo Viñuales
Presidente de Irujo Etxea
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