PABLO
ANTOÑANA
MANUEL IRUJO SARIA 2007
Beti gogoan izango zaitugu.
Su obsesión le dio caza en la
madrugada del sábado. La muerte llamó a su puerta, y aunque él quiso irse de
puntillas, sin hacerse notar, centenares de amigos y admiradores se citaron
ayer en el cementerio de San José de Pamplona para arropar a la familia de
Pablo Antoñana Chasco en su último adiós.
El literato navarro, de peculiar
aspecto y acerada pluma, ha dejado un vacío en las letras navarras que muchos
quisieron reconocer ayer. Poco antes de las doce del mediodía llegó al
camposanto pamplonés el coche fúnebre procedente del Tanatorio Irache. Un ataúd
recio y sencillo, a imagen y semejanza del escritor, se colocó a la entrada del
recinto entre un silencio respetuoso. Sólo lo interrumpió las notas del
aurresku, bailado por los dantzaris Iñaki Sáenz y Ohiana Larramendi, amiga de
una de las nietas de Pablo. Un aplauso atronador y un "Gora Antoñana"
precedieron el sentido homenaje que se le tributó en la sala habilitada para la
cremación.
2009ko abuztuaren 15ean Iruñan hil zen
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